viernes, 6 de julio de 2007

Maquillaje y Peinado

El peinado y el maquillaje deben elegirse y probarse con la antelación suficiente

La novia es la gran protagonista de una boda, y en ese día debe procurar lucir su mejor aspecto. El peinado y el tratamiento de belleza o maquillaje son aspectos cuya elección es fundamental para que la reina de la ceremonia se presente en todo su esplendor.

El peinado más habitual en una novia es el recogido, con todas las variaciones posibles que tiene. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no a todas las mujeres les queda bien. Por eso, es recomendable que sea el propio estilista o peluquero quién indique el tipo de peinado que más te favorezca.

Actualmente se realizan sutiles recogidos adornados con diminutos accesorios, dibujando delicadas pinceladas blancas en el cabello e intensificando la imagen de misterio que tan atractivas hace a las novias. Para adornar el peinado, algunas mujeres se decantan por flores naturales de pequeño tamaño, que deben ir a juego con el ramo. Lo más novedoso en peinados es la incorporación de pequeños adornos de plumas blancas, muy recomendable en vestidos sencillos y de corte clásico.

Si lo que la novia quiere es cambiar de imagen y sorprender en el día de la boda, debe hacerse las pruebas oportunas con los distintos tipos de peinados y elegir el que más le favorezca. Dos meses antes de la boda es un buen momento para hacerse un moldeador o dejárselo liso.

El maquillaje

El maquillaje es el otro gran reto al que se enfrenta una novia en su objetivo de estar lo más guapa posible el día de la ceremonia. Al igual que en el caso del peinado, no es una elección que deba dejarse para última hora. Es recomendable hacer una prueba de maquillaje unos días antes para que el especialista vaya conociendo el rostro de la novia y sepa cómo sacarle el mejor partido a sus rasgos.

Para presentar el mejor maquillaje hay que tener en cuenta varios elementos, entre ellos la iluminación. No es lo mismo casarse una mañana de primavera que una tarde de otoño, la luz no es la misma y por tanto modificará las tonalidades de color elegidas. Un buen maquillaje debe estar acorde con las exigencias fotográficas ya que las imágenes captadas durante todo el acto, constituirán el recuerdo gráfico de ese día y que además son irrepetibles, hay que evitar sombras demasiado marcadas, barras de labios brillantes, bases grasas y sombras nacaradas, ya que todos estos elementos en su encuentro con el flash producen brillos no deseados que estropean el resultado de la fotografía, al incidir negativamente en el resultado final.

El maquillaje correcto debe ser ligero aunque muy trabajado, presentando un aspecto natural, fresco y sobre todo muy joven. Hay que conseguir que el maquillaje permanezca estable durante muchas horas para lo que se deberá tener en cuenta la fijación, las lágrimas y roces que van a producirse inevitablemente. Es conveniente que la novia lleve una barra de labios similar a la que el maquillador le ha puesto así como una borla con polvos sueltos.

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